En muchas culturas ancestrales, la sal se utiliza para repeler los malos espíritus. Para quienes practicamos la espiritualidad, la sal surge a menudo como una forma de absorber la energía negativa de un espacio (o incluso de nuestro propio campo áurico).
La sal se utiliza desde lejanos tiempos.
Por medio de la sal siempre se conservaron alimentos, es así que la sal y sobre todo la sal marina tiene poder para la purificación y la conservación de la energía positiva.
Preparación de nuestro ritual:
Para esta vela solo necesitas un poco de sal gruesa (solo sal gruesa, no sal fina) y una vela o veladora blanca sin vaso.
Comienza derritiendo un poco las paredes de la vela con un encendedor o un objeto caliente y a continuación revuelca tu vela sobre la sal para que se adhiera a las paredes.
Esta vela la puedes encender un martes al centro de la habitación o espacio que quieres armonizar o desestancar.
Te recomiendo solicitar la ayuda del Gran Espíritu o de cualquier otra divinidad en la que tu sientas mucha devoción.
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